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Pequeños ajustes, grandes diferencias

Pequeños ajustes, grandes diferencias

Prevención de lesiones musculoesqueléticas en caballos: lo que puedes ajustar hoy para evitar problemas mañana.

En Nutrifasa®, creemos que el mejor tratamiento es la prevención. Las lesiones musculares, articulares o tendinosas no suelen aparecer de un día para otro: se gestan lentamente, a partir de pequeños descuidos acumulados. Pero así como los errores se suman, también lo hacen los cuidados.

Aquí te compartimos una guía clara y accionable para prevenir lesiones en tu caballo a través de tres pilares: nutrición, rutina de trabajo y atención al entorno.


1. Nutrición con enfoque preventivo

La alimentación adecuada es más que energía: es la base de tejidos fuertes y articulaciones funcionales.

Ajustes recomendados:

  • Suplementa con propósito, no por moda. Utiliza productos con respaldo técnico para articulaciones, tendones o musculatura según la edad, disciplina y nivel de exigencia del caballo.
  • Busca ingredientes como: MSM, glucosamina, condroitina, vitamina E, selenio y aminoácidos esenciales.
  • En caballos en descanso o rehabilitación, cuida que no aumenten de peso excesivamente: el sobrepeso es uno de los mayores detonantes de lesión.
  • Los caballos mayores o que ya han tenido lesiones requieren formulaciones específicas.

2. Calentamiento y enfriamiento: los minutos que lo cambian todo

Saltarse el calentamiento es una de las principales causas de lesiones musculares y tendinosas. Por el contrario, un caballo que inicia en frío y termina bruscamente tiene mayor riesgo de contracturas o fatiga crónica.

Ajustes recomendados:

  • Dedica 10-15 minutos al paso libre antes de cualquier ejercicio técnico.
  • Aumenta progresivamente la intensidad: no pidas galope antes de que esté suelto en trote.
  • Finaliza siempre con una fase de enfriamiento, permitiendo que el caballo vuelva al paso, baje ritmo cardíaco y respire con normalidad.
  • En climas fríos, considera el uso de mantas musculares antes y después del trabajo.

3. Microajustes diarios en rutina y manejo

La lesión no siempre está en el entrenamiento: también puede estar en el piso del potrero o en una monta mal ajustada.

Ajustes recomendados:

  • Varía el terreno de trabajo: evita superficies resbalosas, duras o disparejas de forma crónica.
  • Observa el calzado: revisa cascos y herraduras regularmente. Un mal aplomo estresa articulaciones y columna.
  • Evita la repetición excesiva del mismo ejercicio. Los caballos también se sobrecargan por movimientos monótonos.
  • Alterna días de trabajo técnico con días de paseo o libertad en potrero, especialmente si notas tensión o fatiga.
  • Revisa períodicamente el ajuste de la silla, cincha, pechopretal y protectores.

4. Señales tempranas que no debes ignorar

  • Cambios de actitud durante el trabajo
  • Cojera leve intermitente
  • Rigidez al iniciar la sesión
  • Renuencia a ciertas transiciones o a girar
  • Tensión constante en cuello o dorso

Estos signos suelen preceder una lesión grave. Actuar a tiempo puede evitar semanas de reposo o una baja definitiva.


5. Conclusión: cuidar antes que curar

Un caballo sano no es producto del azar. Es resultado de atención diaria, ajustes pequeños y decisiones informadas. En Nutrifasa® trabajamos desde hace más de 30 años para acompañarte en ese camino.

Si quieres asesoría personalizada o conocer qué suplemento se adapta mejor a tu caballo:

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Tu caballo se mueve mejor cuando se cuida desde adentro.


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